
Tras saltar a la fama con "Rocky IV", y encarnar a He-man en la fallida y entretenida "Masters of the Universe", Dolph Lundgren era una cara ya familiar. Tras la pro-yankee "Red Scorpion" (con Dolph entonando el himno de la URSS), Dolph sería parte de una poco feliz saga de películas basadas en el universo Marvel, siendo el protagonista de la primera.
Como Michael Paré estaba ocupado en otros proyectos, la New World Pictures (no la de Corman) lo contrató para hacer de Frank Castle, un ex-policía que sobrevive a un intento de asesinato y va por venganza por la muerte de toda su familia. El guión de la película era bastante simplista, con Castle ya embarcado en su misión, y yendo contra el responsable principal. El holandés Jeroen Krabbé (recientemente visto como el diplomático padre de la preciosa colorada rusa de "Transporter III") encarnaba al líder de la mafia italiana. Pero además de ellos, también estaba la mafia japonesa, liderada por una no muy bonita asesina ninja. En el medio, Lou Gossett Jr era el ex compañero de Castle, intentando llevarlo a la redención.
Si hay algo que sobre en esta película, es acción. Y sensata. El presupuesto es módico en comparación a las dos versiones posteriores que hubo, pero es la más lograda de las tres versiones. Lejos de la violencia descarnada e innecesaria de la reciente "Punisher: War Zone" (con un robo vil a "Drive"), y de la sutil violencia lavada de la mal denigrada versión del 2004 (con Thomas Jane y Travolta), Dolph trae un personaje oscuro y depresivo, dispuesto a todo.
Dificilmente sea recordada por estos lados. Space y hasta TeLeFe la pasaron hace un tiempo, con el sutil nombre de "El Vengador". Tuvo una edición en VHS, que perdí la posibilidad de comprar hace unos años por $2 en un boliche (que cerró) de videos usados en Liniers.