domingo, 26 de mayo de 2013

UNA MIRADA A... lo último de Bruce, Arnold y Silvestre

Inauguro sección nueva, donde voy a dedicarme a comentar someramente aquellas películas que simplemente son demasiado populares para caer aquí, pero que no fuera contra las pequeñas reglas internas del blog o no fueran tan nuevas, estarían. En este caso, involucran a tres íconos del cine de acción.




A Good Day to Die Hard tiene una aceptable trama (el hijo de John reaparece después de su breve e infantil cameo en la primera, ya crecido y como un agente de la CIA), pero está llena de efectos por computadora (sobre todo los tiroteos) que no terminan de convencer, una sucesión de escenas de acción filmadas a lo Bourne (o mejor dicho, mal filmadas, a lo Quantum of Solace), un director totalmente inadecuado (John Moore, director de la aceptable Detras de las Líneas Enemigas y la fallida Max Payne, a años luz por debajo de sus predecesores, hasta de Len Wiseman) y sobre todo, un McClane al que se le notan los años. No tiene un villano carismático y definido como lo eran los hermanos Gruber, ni siquiera como el coronel Stuart o el nerd Thomas Gabriel (siempre quise saber si el escritor de la película jugó al FIFA 94). No tiene ni una escena realmente memorable, y termina pareciéndose a cualquier película de acción mediopelo que pudiera salir por estos días. Se salvan Jai Courtney como el hijo, el muchacho tiene potencial como figura de acción, y la rusa Yuliya Snigir, por cuestiones meramente estéticas. El mismo Willis, fuera de algunas escenas, termina haciendo de Bruce (como viene haciendo últimamente) en vez de un ícono como  John McClane.

En una escala de 1 a 10, a duras penas araña cuatro cartuchos de escopeta medio húmedos.


The Last Stand marcó el regreso a los protagónicos de Arnold Schwarzenegger, diez años después de Terminator III, la última que protagonizó antes de volverse gobernador de California. En medio, pueden contarse cameos en La Vuelta al Mundo en 80 Días, El Tesoro del Amazonas y los Expendables, antes de oficialmente volver a tener un papel considerable en el reparto de la secuela de la de Stallone.

El renegado austriaco cayó en manos de un competente director (el coreano Kim Jee Woon) y un argumento que le cae redondo al avejentado Arnie: el cincuentón sheriff de un pueblito que debe detener al líder de un cartel mexicano.Todo en formato de western moderno que termina dando resultado. Apoyado por un reparto variopinto con actores quemados como Peter Stormare y Forest Whitaker, la bonita Jaimie Alexander, Luis Guzman en plan actionman, el español Eduardo Noriega, quien fue el Che de Steven Soderbergh y tuvo varios arrumacos con Leonardo Sbaraglia en Plata Quemada, y hasta el insufrible Johnny Knoxville en una sorprendentemente no irritante actuación, Arnold termina dejando una aceptable imagen, sobre todo en las escenas de acción. No es Comando, mucho menos Predator, pero entretiene al por mayor.

En la misma escala de la anterior, se lleva 6 tiras de municiones impecables para un cañon Gatling.




Con Bullet to the Head, Sylvester Stallone sale del marco de los Expendables para reacomodarse solo en un género familiar para él como el de la acción. Con un director por demás capaz como Walter Hill, un villano de los de antes encarnado por Jason Momoa (el Kral Drogo de Juego de Tronos, y con holgura, lo mejor de la última Conan), Sly encarna a un asesino a sueldo que debe hacer dupla con un policía, lejos del tono cuasi-cómico de la 48 Horas de Hill o de otras buddy movies. Un personaje oscuro y siempre con gesto adusto, el Bobo (si, se llama así) de Silvestre reparte duro y parejo. La película cumple con holgura, con cierto tufillo ochentoso que la hace imperdible.

Del 1 al 10, se lleva 8 balas para la magnum .44 de Harry el Sucio.


domingo, 19 de mayo de 2013

Delta Force One: The Lost Patrol (1999)



Tras romper relaciones dentro del grupo Cannon, Menahem Golan y Yoram Globus siguieron sus caminos por separado, dentro del mundo del cine, con películas muy reminiscentes a las que hacían en la época de la mítica compañía. Los resultados no fueron tan populares ni tan logrados. La entrada de hoy es uno de esos ejemplos...

En una ficticia región árabe en plena guerra interna, una patrulla de paz desaparece. Otra patrulla es enviada a ubicarla y siguiendo los cánones de la Cannon (!), se mete en problemas. Ál estar dirigida por Joseph Zito (director de hitos ochentosos como Red Scorpion e Invasion USA), y protagonizada por Gary Daniels, debería acción a granel. Pero si bien la hay, está muy mal filmada y no llega a apreciarse (algo similar a lo ocurrido en la última Duro de Matar... pero me estoy adelantando). DF1 estuvo plagada de problemas de presupuesto desde el comienzo de la filmación, hubo dos cambió de guión en una semana y no termina de decidirse nunca entre si ser una película militar con tintes dramáticos o netamente una película de acción.

Gary Daniels no termina de hacer pie. Su personaje es el líder de la patrulla, y se la pasa sentado en un jeep gran parte de la película. El reparto parece sacado de las películas del Asylum, intentando despistar al despistado que pudiera alquilarla: al mando de Daniels están Mike Norris, el hijo de Chuck, que como grandes créditos tiene un par de capítulos de Walker Texas Ranger (como director), y Bentley Mitchum, el nieto del gran Robert, como un paria de las fuerzas armadas, relegado a patrulla de paz. Completan la yunta el israelí Ze'ev Revach, con créditos que incluyen The Last Patrol (si, casi igual) con Dolph Lundgren y The Quest con JCVD, y la bonita Michelle Kapeta, que hizo esto y le debe haber dado tanta vergüenza el resultado final que simplemente decidió no dedicarse más al cine. Como uno de los villanos, aparece para llevarse un cheque John Rhys-Davies, quien podrá contarle a sus nietos que aparte de aparecer en Indiana Jones, el Señor de los Anillos y la saga de James Bond, también protagonizó esta película.

La última media hora hace algo recomendable mirar esta película, con una escena final que sin duda debe ser lo que había querido filmar Zito y nunca pudo, por H o por B. No es de lo más logrado que ha hecho Gary Daniels ni está a la la altura de lo peor de la Cannon. Pero tenía que estar.

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viernes, 3 de mayo de 2013

Firepower (1993) / Spoiler (1998)






Doble entrada para empezar oficialmente la vuelta. Dos figuritas algo difíciles de conseguir, pero que aquí están.

De la primera ya hemos hablado en su momento. Una peli de la PM Entertainment (o sea, acción garantizada), con el ex Kobra Kai Chad McQueen, quien lejos de ser un traicionero servil de Martin Kove como en Karate Kid, aquí encarna a un policía muy comprometido con su trabajo. Junto a su compañero, el homenajeado del primer especial de esta vuelta, se infiltran en un torneo ilegal de lucha que tiene lugar en una zona marginal de la futurista para poder desbaratar un circuito de venta de vacunas falsas contra el SIDA.

Daniels es un secundario aquí pero se luce. Y McQueen le provee cierta dinámica a la película fuera de la acción. Fuera de eso, el reparto cumple. Aparecen el méxicano Art Camacho y el wrestler James Hellwig, una figura importante de la WWE por esos días.

Steve McQueen nunca superó la sombra de su padre Steve, al punto que poco después aparecería en una película poco editada llamada "Bullet II", un burdo intento de lucrar con la Bullitt de McQueen padre, y de a poco fue mechando el cine con su otra pasión: los autos. En una prueba para el Daytona, hace unos años, casi se mata. Su última aparición pública fue en un homenaje a su padre, hace varios años ya.  Camacho iniciaría una carrera como director (sin abandonar el trabajo como stuntman y coordinador) de pelis de acción para video, llegando a dirigir a nombres como Costas Mandylor, Lorenzo Lamas, Don Wilson y Olivier Gruner. Desde la secuela de la Half Past Dead de Seagal (ésta con Bill Goldberg, aquel que arruinó la de por si mala Soldado Universal II) que está parado como director.

Pasando a la segunda película, ocurre en un futuro tecnificado, tenemos a Roger Mason, un padre de familia encarcelado por complice de asesinato. Intenta escapar para poder ver a su hija, y lo atrapan. La condena consiste en pasar años en una suerte de criogenia química, mientras el mundo sigue. La situación se repite, con lo que la hijita de Mason crece y crece, y él sigue igual... sin poder verla. Una trama interesante, no muy bien narrada, pero que desperdicia el potencial de Gary Daniels, limitándolo solamente a actuar, salvo por una pelea poco lograda con Bryan Genesse (ambos se redimirían de esto en la posterior Cold Harvest).

Genesse fue uno de esos actores que no logró consolidarse en el cine de video luego de su salto a la popularidad con la serie Street Justice (en la que compartía protagonismo con Apo-- Carl Weathers). Aquí tiene un cameo, muy parecido al de Meg Foster (la Evil-Lyn que enfrentaba el He-man de Dolph Lundgren). Jeffrey Combs tiene un ratito en pantalla y se roba totalmente sus escenas. Y dando la nota bizarra, otro que tiene cameo es Alex Hyde-White, el Reed Richards de la infame película de los 4 Fantásticos que hizo Roger Corman. 

Esta película fue dirigida, según los créditos, por un tal Cameron Von Lacke, pero en todos lados aparece que el director es Jeff Burr, un director de películas de terror de bajo presupuesto. Y Spoiler es... rara, interesante, de a ratos densa... es para verla por lo menos una vez.

En Argentina, Firepower fue editada por Video Omega en VHS. Spoiler no cuenta con edición nacional en ningún  formato. Ambas aquí, producto también de una colaboración con la web amiga Matar O Morir. Inauguramos formato también: el MKV. No será una constante pero estas dos al menos, vienen así.

(si los subtítulos no se reprodujeran bien, colgué el archivo suelto en Subdivx)


(la contraseña en ambos casos... es la de siempre)