Confieso que esta entrada no estaba planeada, pero algunos desperfectos técnicos (léase: mi derrota contra los subtítulos del DVD de la película que iba a estar en esta entrada) hicieron cambiar los planes, hacia aquellas que fueron contempladas y descartadas, solo para volver a ser contempladas. Ésta pudo haber sido una entrada sobre una peli del Asylum. También podría haber sido - y hubiera sido un gran cierre - un clásico de la Hammer. Pero no quise repetirme y volver a incluir vampiros. Y cómo ya había metido licántropos y las momias estaban descartadas por las ya aludidas cuestiones técnicas... me decanté por una de fantasmas.
Sobre finales del siglo XVI, la isla de Roanoke (hoy día parte del estado de Carolina del Norte, en EE.UU.) fue colonizada por ingleses con el fin de establecer un asentamiento fijo para la lucha contra la otra gran potencia marítima: España. Financiado y organizado por Sir Walter Raleigh, el emprendimiento fue encabezado por John White, gobernador de la colonia, secundado por sus asistentes Ananias Dare (también yerno de White) y George Howe, entre otros. Tras varios conflictos con los nativos de la zona, la colonia simplemente desapareció, de un modo que al día de hoy sigue sin estar esclarecido.
En esta trama se apoyó el Sci Fi Channel para crear una historia de fantasmas, algo tediosa, pero bastante bien contada. Claro que siendo el SciFi, no ibamos a ver a grandes luminarias. Eso queda claro del momento que quien encabeza el reparto es Adrian Paul. El muchacho que de traducirse su nombre podría pasar por personaje de novela venezolana venía de horas muy bajas tras no terminar de hacer pie tras la finalización de la serie de Highlander (incluyendo otra serie que no pasó de la primera temporada) y del fracaso funesto de The Source, la película que significó el último clavo en el cajón de la franquicia. Y Adriancito nos da una actuación medida como Ananias Dare, sin demasiado esfuerzo, que recuerda a las aventuras de Duncan MacLeod en el siglo XV o XVI.
Acompañándolo, el infravalorado Rhett Giles, figura cumbre de las primeras épocas del Asylum, encarnaba a Howe, que no hace mucho pero tampoco molesta. Como el gobernador White, el ignoto Alex McArthur (su rol más relevante tal vez haya sido un papel secundario en la Kiss the Girls de Morgan Freeman y Ashley Judd, o haber hecho del novio de Madonna en un video de la reina del pop) aburre. Y la palma de oro a la peor actuación se la lleva Frida Shaw (ahora Frida Farrell), una encantadora sueca que aquí irrita. No quita que sea una buena actriz, como mejor se nota en Contract Killers, otra de bajo presupuesto en la que también compartió cartel con Rhett Giles.
El resultado de esta ensalada es una peli que se deja ver, interesante, y un punto de partida para interiorizarse un poco más sobre un hecho que (por suerte) no ha sido explotado hasta el hartazgo por el cine, pese a que bien podría así haber sido.
Cerramos acá el especial. Feliz Noche de Brujas.
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